Privacidad, autonomía y confianza como diseño central
La tecnología debe acompañar, no vigilar. Diseñamos con consentimiento informado, controles claros y datos mínimos. Cada regla debe poder pausarse y cada sensor debe justificar su presencia. Preferimos procesamiento local y cifrado fuerte cuando salimos a la nube. La familia recibe lo necesario, no todo. Una cultura de pruebas transparentes y registros auditables refuerza la confianza. Si ocurre una falsa alarma, se explica, se corrige y se aprende. El objetivo no es el control absoluto, sino vivir mejor, con dignidad y opciones siempre al alcance.